Nubes Blancas

Desentrañando los Secretos de la Estimulación Musical Temprana

¿Realmente musicalizamos cerebros? ¿O más bien utilizamos la Estimulación Musical Temprana como medio para desarrollar otras competencias?

¿Recordáis el Arkanoid? ¿Aquel juego que llegó a Vigo a finales de los 80 en el que una plataforma se movía de izquierda a derecha, con la finalidad de hacer rebotar una bola y romper los ladrillos que tenía encima? Su única misión era romper ladrillos, en el momento en el que los ladrillos desaparecían, pasabas de nivel, y así, un nivel tras otro. El caso es que, por el camino, algunos ladrillos escondían sorpresas, algunos ampliaban la plataforma dando así más espacio para el rebote de la bola, otros te daban bolas extra, o aumentaban la velocidad o fuerza de la bola, algunos duplicaban la plataforma y otros te daban vidas extra y mucho más, pero está claro que los bonos extra, no eran el objetivo del juego, el objetivo siempre era ROMPER LADRILLOS.

¿Y qué pasa si trasladamos esto a la educación musical temprana? Pues que la tortilla, se ha dado la vuelta. En prácticamente todas las descripciones de recursos musicales para la primera infancia, se hace referencia a las competencias que los bebés, los niños y las niñas de temprana edad, van adquiriendo gracias a la estimulación musical o a la interpretación de un instrumento, casi todas hablan sobre los beneficios que la música ejerce sobre nosotros o de las destrezas que podemos ir adquiriendo a nivel motor, cognitivo, social o emocional, y si, eso está muy bien, claro, conseguir que la música reparta tantos dones es algo que no se pude desaprovechar, el problema es que todos esos bonos extra que nos proporciona la música, NO SON EDUCACIÓN MUSICAL.

La música puede ser el medio para conseguir muchas otras cosas, se puede utilizar en multitud de situaciones y provoca en nosotros un sin fin de emociones, pero eso, sigue sin ser educación musical, todo eso, son bonos extra, la educación musical se limita única y exclusivamente a musicalizar cerebros, a rellenar el cubo de la capacidad musical con el que hayas nacido, la educación musical, es la barra que hace rebotar la pelota y rompe los ladrillos, sin más.

Hablemos entonces de esa barra y esos ladrillos.

Un bebé ya viene con todo su potencial musical desde el minuto cero, ya lo trae de serie, ya está listo para empezar a decodificar ese lenguaje, exactamente igual que su lengua materna, lo único que tenemos que hacer es ofrecérselo, así de fácil, así de difícil.

Para que un bebé aprenda a hablar no hacemos nada especial, nos sale solo, el bebé está presente en este mundo y recibe todo tipo de estímulos verbales, constantemente, 7 días a la semana, 365 días al año, y sin decir ni una palabra todavía, ya es capaz de comunicarse y de hacerse entender, hasta que un buen día, dice la primera palabra, y como su estímulo verbal continua día tras día, su vocabulario y entonación siguen ampliándose y evolucionando pero, ¿qué pasa con la música?, ¿por qué esa capacidad innata con la que nacemos no se llega a desarrollar en muchísimos casos?

Fácil, porque no existe un estímulo musical adecuado, porque es muy común que a un bebé no se le cante, es muy posible que un bebé no haya sido mecido al ritmo de nada o porque a lo mejor, la única música que ha escuchado, ha sido a través de aparatos electrónicos que no le conectan con su figura de apego y posiblemente melodías repetitivas en los mismos modos y ritmos y muy pobres, tanto instrumentalmente como musicalmente hablando.

Para que exista un buen estímulo musical, los bebés desde que nacen e incluso antes de que eso ocurra, deben estar inmersos en un ambiente donde se les proporcione melodías, ritmos y armonías de todos los colores y sabores, cuanta más variedad, mejor. No hay secreto, es exactamente lo mismo que con las palabras, cuanta más riqueza verbal tenga un bebé, mayor será su desarrollo lingüístico, su expresión, su comunicación, su razonamiento y su comprensión de la lengua materna. Si hacemos esto mismo con la música, les estaremos dando todas las herramientas posibles para que desarrollen todo su potencial musical, sea el que sea, pero si les privamos de ese estímulo, lo que ocurrirá es que, con el tiempo, esa capacidad de decodificar el lenguaje musical, se perderá y aunque es posible aprender a lo largo de toda nuestra existencia, ya no será igual, se adquirirá un porcentaje muy inferior al que se podría haber conseguido en edades temprana. Y fijaros que digo que hay que hacerlo exactamente igual que con la lengua materna, ¿verdad que cuando le hablamos a nuestro bebé no lo hacemos a través de una grabación previa?, nadie en su sano juicio pretendería “enseñar” a hablar a un bebé a través de audiocuentos, o de voces grabadas o repitiendo una y otra vez la misma frase, o simplificando el lenguaje hasta la más sencilla de las comunicaciones con sólo 4 palabras al día y así simplificarle el mensaje, “mamá plátano dará cenar”, suena ridículo ¿verdad?, el hecho de que no sepan hablar no hace que dejemos de utilizar todo el vocabulario que como adultos, sabemos. Pues no quisiera daros un disgusto, pero…en lo que a “enseñar” música se refiere, es exactamente lo que hacemos. Utilizamos grabaciones de música muy pobre y de muy dudosa calidad constantemente, cantamos una y otra vez las únicas canciones que conocemos en el mismo modo, con los mismos ritmos y carentes de variedad armónica, no utilizamos prácticamente las voces humanas CUANDO SE SABE QUE SON INDISPENSABLES, ESPECIALMENTE LA DE MAMÁ, no sabemos distinguir cuando hay algún tipo de intención musical en nuestro bebé y no tenemos recursos suficientes para aportarle ese ambiente que tanto necesita.

¿Pero por qué necesita llenar ese cubo de musicalidad con el que ha nacido? ¿Tampoco es tan importante la música en la vida no?, el lenguaje sí, pero la música…se puede vivir sin tocar la flauta. ERROR

No se pueden desarrollar todas las competencias necesarias si no tienes tu cabeza musical bien amueblada. Cuando una persona habla, lee en alto, hace teatro o se dedica a vender barquillos por la playa, NECESITA ENTONAR, si no hubiese entonación, no existiría ningún tipo de expresión en la voz, sería como hablar con un Robot, (muchos profesores y profesoras con problemas vocales, después de haberse recorrido foniatras y logopedas acaban encontrando su salvación anotándose en una Coral y empezando a cantar), la voz necesita ser explorada y trabajada. Sin ritmo no puedes botar una pelota, ni batir un huevo, ni jugar al tenis o nadar, no puedes escribir en un ordenador o RESPIRAR, sería muy difícil caminar o jugar al parchís….podrías, si, pero sería poco eficiente y muy pero que muy arduo, posiblemente hasta el punto de abandonar cualquier tarea que supusiera tremendo esfuerzo (claro ejemplo, los deportes), podría seguir hasta el finito más cercano al infinito, pero voy a parar aquí, porque para mí, estos,  son los verdaderos BONOS EXTRA de la educación musical, y lo que es más alentador es que cuando nos tomamos en serio la actividad de estimulación musical temprana en nuestros bebés, matamos dos pájaros de un tiro.

Si, lo sé, no tienes ni idea de por dónde empezar, leer esto es el primer paso, el segundo paso es asistir a alguna actividad de educación musical temprana como la que puedes encontrar en Vigo en Nubes Blancas o hacer alguna formación para profesores de infantil con Recursos musicales para la primera infancia, DE VERDAD, porque de nada vale llenar nuestra casa de música, si las aulas, están vacías.

Para concluir, me gustaría añadir dos direcciones web que creo que pueden ser de mucha utilidad ya que considero que son expertos en educación musical temprana y seguro que podéis ampliar información sobre el tema:

· www.igeme.es

· www.musicainculla.it

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